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¡No te vayas! Tienes que escuchar esto. No eres un tapete. Los límites son las reglas que nos establecemos dentro de las relaciones. A veces, pueden ser difíciles de establecer o presentarse con algunas situaciones no tan ideales, pero son saludables y necesarios. ¿Qué tan bueno eres para establecer límites? ¡Hagamos una revisión rápida! Aquí hay cinco señales de que tienes límites deficientes.
Culpa
¿Cuál es la palabra más poderosa que tiene solo dos letras? ¿Lo adivinaste? La respuesta es “no”. La palabra “no” no solo puede evitar que algo suceda o continúe, sino que también puede hacerte sentir mal por decirlo. Decir “no” en realidad hace que algunos se sientan… culpables. Experimentamos esta culpa porque sentimos que priorizarnos a nosotros mismos sobre alguien está mal. Que no esta. Usemos uno de los ejemplos de un límite deficiente. Tienes un amigo al que le encanta hablar por teléfono y te llama todo el tiempo. No te gusta tanto hablar y prefieres enviar mensajes de texto, pero no quieres ser un mal amigo al no contestar la llamada. ¿Que haces? Establecer un límite puede ayudar. Puedes decirle a tu amigo que no te importa que te llame los fines de semana, pero que no puedes hablar durante la semana. De esta manera, no te sentirás mal por no contestar las llamadas y tu amigo no pensará que lo estás ignorando.
Inconsistencia
¿Alguna vez has estado hablando con alguien y te da mensajes contradictorios? Te quedas confundido y no estás seguro de si debes decirle a la gente que estás viendo a alguien o mantenerlo en la lista de banca. Mismo concepto con límites. Tengo un amigo, lo llamaremos Jaime. A Jaime no le gusta que le digan Jaimito. Si alguien lo llama así, lo corregirá amablemente. Imagínate si Jaime dijera que prefiere que le digan Jaime al azar pero no TODAS las veces. Puede resultar muy confuso para amigos y familiares saber qué nombre prefieres si no eres constante. Este principio, aplica a los límites. Si no eres consistente con los límites que estableces, los demás estarán confundidos de hasta donde pueden llegar.
Indecisión
A nadie le gusta responder a la pregunta “¿Qué quieres comer?”. Sin embargo, ¿sabías que no poder responder preguntas como esta de manera constante podría ser una señal de tener límites deficientes? Alguien sin límites puede haber perdido el sentido de sí mismo. Cuando se enfrenta a una decisión, es posible que le preocupe más lo que agradará a los demás que lo que tu prefieres. Si no hay nadie más para dar su opinión, es posible que incluso te congeles y no puedas decidir nada. Entonces, volviendo a “¿qué quieres comer?” ¿Normalmente dices “¡Oh, lo que quieras!”? o das una respuesta? Si dijiste lo primero, es posible que tengas límites deficientes.
“Tu debes de saber”
¿Alguna vez te has enfadado mucho con alguien por algo que hizo, pero cuando te preguntan qué te pasa, dices: “Si no sabes por qué estoy molesto, no puedo ayudarte”. Todos fueron criados de manera diferente. Lo que te enseñaron que es incorrecto, grosero o desconsiderado puede no ser lo mismo para otra persona. Entonces, cuando asumes que alguien debería saber que lo que hizo está mal, es posible que en realidad no lo sepa. Es por eso que la comunicación y los límites son imperativos. Si hay algo que te molesta, eres responsable de hacérselo saber a los demás. A menos que establezcas tus límites y los mantengas, los demás no sabrán respetar este límite.
Prioridades sesgadas
Hacer todo lo posible por alguien o hacerle un favor a alguien es increíble, pero ¿tiendes a hacer esto la mayoría de las veces? Centrarse en los deseos, necesidades y opiniones de los demás hasta el agotamiento puede ser un signo de límites deficientes. Cuando te pones a ti mismo en primer lugar, demuestras que sabes lo que vales y que eres importante. Tener la reacción opuesta puede ser una respuesta aprendida a un desencadenante o una serie de eventos traumáticos. Ese enfoque intenso y constante en los demás no te permitirá concentrarte en ti mismo y te hará incapaz de hacer… bueno, nada por tu cuenta. Así que no dejes de hacer esa buena acción semanal, pero recuerda ponerte en primer lugar con más frecuencia. Intentalo.
Establecer un límite puede ser realmente difícil, especialmente si genera emociones negativas en los demás. Nunca olvides que no está mal establecer un límite. ¿Entonces, como te fue? ¿Muestras alguno de estos signos de límites deficientes?.