Desconexión Moral: Por qué tantos infieles no se sienten tan mal por ello.

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Desconexión Moral

Desconexión moral. ¡Así de simple y así de inquietante! Hace poco leí un estudio que reveló que casi el 40% de las mujeres y el 35% de los hombres admiten haber engañado a su pareja al menos una vez. Me dejó sin aliento. ¿Cómo es posible que tanta gente logre justificar un comportamiento que saben que está mal? Hoy quiero compartir contigo mis hallazgos sobre esta tendencia que, según las redes sociales, crece de forma alarmante con hashtags como #CheaterExposed. Mi propósito es ayudarte a entender qué es la desconexión moral, cómo afecta a la infidelidad y qué puedes hacer para proteger tu relación.


¿Qué es la desconexión moral?

La desconexión moral consiste en separar nuestras acciones de lo que reconocemos como correcto o incorrecto. Dicho de otro modo, es ese momento en el que alguien “racionaliza” un acto deshonesto para no sentir culpa. Un ejemplo muy sencillo es cuando alguien se come una uva del supermercado sin pagar, pero no se define como ladrón. Esa misma lógica puede llevar a trivializar la infidelidad con frases como “No fue tan grave” o “Mientras mi pareja no se entere, no pasa nada”.

Esta teoría se basa en la idea de que existe una brecha entre lo que sabemos que deberíamos hacer y lo que finalmente hacemos. Para cerrar esa brecha, algunas personas crean excusas. Así, la desconexión moral facilita la infidelidad.


Cómo la desconexión moral alimenta la infidelidad

De acuerdo con la investigación de Verena Aignesberger y Tobias Greitemeyer de la Universidad de Innsbruck (2024), la desconexión moral está asociada con un mayor número de comportamientos engañosos dentro de las relaciones románticas. Quienes presentan altos niveles de esta tendencia no se sienten tan mal cuando cruzan los límites de la fidelidad. Además, suelen pensar que su pareja también engaña, lo que alimenta la desconfianza y daña profundamente la relación.

Este patrón, a menudo, no se debe solo a una mala relación o a la falta de cariño. Más bien, se vincula con la capacidad de justificar actos que violan valores morales. Incluso, estos individuos saben que la infidelidad es incorrecta, pero actúan así de todas formas.


Parejas con alta desconexión moral

Curiosamente, la investigación muestra que dos personas con altos niveles de desconexión moral pueden atraerse y acabar formando pareja. Sin embargo, tienden a caer en más prácticas engañosas y a expresar mayor sospecha hacia el otro. Esto genera insatisfacción y conflictos.

Las tendencias virales en redes sociales, como #ToxicLove y #RedFlags, reflejan precisamente esta problemática. Cada día aparecen más videos y publicaciones que exponen el daño que causa la desconexión moral en parejas que, aparentemente, se veían muy unidas.


Lecciones clave de la desconexión moral

  • No se trata de ignorar las reglas: Quien practica la desconexión moral entiende que engañar está mal. Aun así, lo hace.
  • Es un hábito insidioso: Empieza con acciones mínimas, como mentir sobre asuntos pequeños. Con el tiempo, se extiende a situaciones graves.
  • Genera más desconfianza: Las personas con altos niveles de desconexión moral suelen creer que su pareja también hace trampa.

Estas conclusiones sugieren que la desconexión moral tiene un impacto perjudicial. Aun así, hay esperanza. Si tú y tu pareja valoráis la honestidad y actuáis en consecuencia, tenéis menos probabilidades de caer en este patrón.


Cómo proteger tu relación

  1. Dialoga con transparencia: Mantener conversaciones honestas previene malentendidos. Cuéntale a tu pareja cómo te sientes, incluso si temes su reacción.
  2. Establece límites claros: Definir qué es engañar y qué no lo es ayuda a evitar confusiones. Cada relación es distinta.
  3. Observa signos de alerta: Quienes muestran una alta desconexión moral suelen minimizar actos que se salen de la norma.
  4. Busca ayuda profesional: La terapia de pareja o el coaching emocional pueden ser excelentes recursos para reencaminar la relación.
  5. Refuerza tus valores: Practica la coherencia entre lo que piensas y lo que haces. Esto reduce el riesgo de justificar comportamientos indebidos.

Conclusión

La infidelidad es un proceso peligroso que va más allá de simples descuidos. Justificar la traición, conociendo de antemano que está mal, amenaza la estabilidad de cualquier relación. Sin embargo, fortalecer la comunicación y establecer acuerdos honestos puede marcar la diferencia. Si deseas una relación más sólida, presta atención a este fenómeno y no dudes en dar pasos concretos para proteger lo que consideras valioso. Después de todo, la confianza y la integridad son la base de un amor genuino.






        

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